sábado, 25 de octubre de 2014

ENSAYO: `` LA GENTE JOVEN´´

Con la lectura del texto referente a este tema me ha llamado la atención la problemática que se plantea acerca del poco hábito de los jóvenes de hoy en día a la hora de dedicar parte de su tiempo a pensar o reflexionar sobre el sentido de sus vidas y qué repercusiones tienen en los demás sus acciones.
                Es cierto que vivimos en una sociedad que gracias a las tecnologías tenemos a nuestro acceso buena parte de la información y acontecimientos que ocurren en todo el mundo y que por tanto se puede llegar a pensar que en  los jóvenes se han podido llegar a dar una   `` de-sensibilización´´ con los terribles que acurren en todo el mundo. Pero en mi opinión esta concepción está muy alejada de la realidad que yo conozco. Cada día son más los grupos de jóvenes que con la crisis que está afectando a nuestro país se organizan en busca de mejoras de las condiciones que nos ha tocado vivir o que luchan por los derechos de otros que estos no  pueden o saben defender en otros países a través de las acciones de voluntariado.

En la gente joven prima mucho ese sentimiento de intentar pertenecer a un grupo como forma de encajar en la sociedad y encontrar el pleno sentido a sus vidas pero no por ello tiene que ser un sentimiento ajeno a sus ideales y común para todos ellos, perdiendo la plena identidad y adoptando una ajena a ellos con el fin de llegar a encajar en un grupo de iguales. Muchas de las relaciones que poseen los jóvenes de hoy en día fueron forjadas durante la infancia y se han ido consolidando a lo largo de los años y  por tanto cada uno de los miembros de ese grupo de amigos ha vivido una serie de casuísticas diferentes que le han permitido ser la persona que es en la actualidad. Los  jóvenes han sabido enriquecerse de la pluralidad de sociedades que concurren un mismo lugar aflorado en ellos un sentimiento de aceptación que  las diferencias con los demás podemos llegar a aprender y avanzar como personas mucho más. De nuestras diferencias nacen nuestras fortalezas pues la unión de todas las personas que tienen como fin el bien común o alcanzar un bienestar que abarque unos mínimos que nos enriquezcan a todos es la base de una sociedad integradora de todos sus miembros. Y para mí este aspecto se ha ido logrando con el paso de los años gracias a la multiculturalidad que se da en las sociedades de la actualidad y las nuevas tecnologías que nos permiten estar conectados con el mundo en todo momento.

Bien es cierto que los jóvenes no llegan a reflejar en muchos casos sus pensamientos o ideales como se podía llegar hacer antaño ya que es probable que hayan adquirido un concepto de la intimidad algo distorsionado y por tanto alejado a la realidad, ya que en muchos casos no dudan en subir fotos o plasmar comentarios en sus redes sociales sobre su día a día, aficiones, gustos… dejando a juicio de todos su estilo o modo de vida siendo curioso entonces que por el contrario estos  son más reacios a comentar en público sus opiniones acerca de los sucesos que ocurren en el día a día por miedo a no encajar o simplemente por el hecho de pensar que ese tipo de conceptos no son trascendentales ni de interés para el resto de iguales.

Por tanto este texto me ha hecho reflexionar y me ha servido como medio para pensar durante un tiempo acerca de cómo creo que para los jóvenes cuanto nos es importante la expresión de nuestros propios pensamientos y si por el contrario pensamos que por un mero sentido del respeto hacia todas las opiniones es prudente dejar cierto tipo de manifestaciones en la vida mas privada.

Biografía

Soy Leyre Panero Mateos  y nací el 14 de Septiembre de 1992 en Pamplona.
De mis primeros años de vida apenas tengo recuerdos y los que conservo son por historias que mis familiares me han ido contando cuando he sido más mayor, el primer recuerdo que tengo y soy consciente de que me acuerdo y su recuerdo no es fruto de una historia contada es cuando tenía 5 años y mis padres me dijeron que iba a tener una hermanita pero que tendría que esperar un tiempo para que naciese y que por el momento estaría en la tripita de mi mama esperando a crecer un poco más.

Al igual que el resto de las personas mi vida está plagada de buenos y malos  recuerdos pero   son esos buenos los que me gustaría plasmar a lo largo de estas líneas.

Desde que tenía tres años hasta que iba a cumplir la mayoría de edad acudí al colegio Carmelitas/ Vedruna del guardo la mayoría de recuerdos de mi infancia, ya que en  él  pasaba la mayor parte del tiempo, además de esa época conservo  muchas amistades que hasta la fecha forman una parte importante de mi vida. Somos 11 y cada  uno ha ido escogiendo caminos muy diferentes pero esa esencia que nos unió cuando éramos pequeños se ha ido manteniendo y cultivando a lo largo de los años, enriqueciéndonos unos a otros de todas esas diferencias que en un primer momento podían distanciarnos pero que hemos aprendido a hacer de ello una fortaleza.

A lo largo de los años de la escuela bien es cierto que muchos amigos se han ido quedando en el camino pero al echar la vista atrás los recuerdas con una sonrisa en la cara.

Finalizar el colegio fue toda una experiencia, cerrábamos una parte importante de nuestra vida, nos íbamos haciendo mayores y nosotros éramos conscientes de ello (aunque para nuestros padres nunca dejásemos de ser sus niñas pequeñas) y venía una de las decisiones más importantes que debíamos tomar hasta la fecha, escoger que queríamos hacer con nuestro futuro. En eso momento claro que tuve dudas de  si mi elección había sido adecuada, pero también tenía la certeza que solo el tiempo me diría si es así o si  por el contrario me habría equivocado, pero lo que si tenía claro era que en esta vida cuando vamos tomando nuevas decisiones y teniendo nuevas responsabilidades la probabilidad de equivocarnos aumenta y si era así eso me serviría para aprender una valiosa lección, porque no solo de los aciertos aprende uno si no que lo importante es hacer una lección valiosa de todas nuestras acciones.


A día de hoy estoy segura que la elección que tomé aquel día fue acertada y me alegro de haberla tomado (aunque es cierto que hasta decidirme, por una cosa o por otra, dude muchísimo ya que sentía una responsabilidad tremenda y que no debía defraudar a nadie y menos a mí misma).

El comienzo de este verano fue muy duro, muchos compañeros y amigos  terminaron sus respectivos estudios y debían comenzar un nuevo periodo en sus vidas por lo que sabes que en cierta medida estarán un poquito más lejos de ti. Dejar la vida universitaria debe ser complicada y más en los tiempos que estamos viviendo pero es inevitable sentir cierta envidia ya que eres más consciente que ya poca gente queda tan mayor en la universidad y eso empieza a pasar factura en el autoestima.

Este año comienzo el 5º curso de mi carrera universitaria, ya solo me quedan dos, y lo afronto con mucha positividad ya que sabiendo todo el trabajo que nos espera durante este semestre la mejor manera de sobrellevarlo es con esa actitud y rodeada de personas dispuestas a trabajar.