miércoles, 19 de noviembre de 2014

EL DEBATE POLÍTICO

Una de las grandes incertidumbres que hoy en día presenta nuestra sociedad es la necesidad de establecer un marco político de referencia y confianza, en el que todos los ciudadanos nos sintamos representados y protegidos por nuestros políticos sin llegar a dudar de su profesionalidad.

Indiscutiblemente, esto no ocurre en la actualidad. Los gobernantes que nos encontramos suelen evitar el diálogo con los medios de comunicación. Son numerosas las ocasiones en las que nos encontramos a un político ofuscado en su ‘’papel’’, ignorando las preguntas o las observaciones que puedan realizar los diferentes periodistas que acuden a la rueda de prensa. Esto nos lleva a pensar, ¿es en realidad algo verdadero? o ¿pretenden persuadir a los ciudadanos a base de buena dialéctica?



Uno de los motivos por los que dudamos de si tienen o no la verdad es la cantidad de contradicciones que se encuentran en sus intervenciones. Muchas veces no piensan ni en lo que dijeron, ni tampoco en el presente, sino que se centran en mostrar su oposición con el partido contrario. Y es que a los políticos parece no importarles cambiar de parecer. Es decir, sea lo que sea no les interesa aceptar lo que el contrario propone porque solo quieren ganar electoralmente.

Lo importante no es escuchar, lo importante es ganar “la guerra”, justo todo lo contrario al significado de democracia. De hecho, uno de los puntos más importantes de la democracia es buscar la verdad absoluta y el bien común y se debe buscar entre todos, en sociedad.

El  método para llegar al acuerdo electoral es la votación pero para ello los ciudadanos deben ser personas participativas y motivadas. El voto representa la decisión del elector que a su vez es movido por varios factores. Estos factores son lo que los que los políticos en los procesos electorales tratan de generar un efecto en la conducta y en el comportamiento de los ciudadanos.

Por otra parte, es indudable la dificultad a la que hoy en día se enfrentan la mayoría de  políticos para poder  llegar a establecer una política común y justa para todos sus ciudadanos. Las sociedades de hoy en día se caracterizan principalmente por la diversidad de valores y creencias  de sus miembros pero es en este punto donde deberían demostrar dichas  aptitudes intelectuales y capacidad de liderazgo- que todo buen político debe poseer-  para sacar adelante una serie de medidas que buscasen la integración y crecimiento personal de todos los ciudadanos que tienen como objetivo base todas las sociedades democráticas. Por consiguiente podemos afirmar que fomentar el respeto entre los ciudadanos y en consecuencia entre todas las sociedades es tarea de los gobiernos fomentando así el diálogo entre los distintos partidos.

Dejando de lado la teoría, aterricemos estas cuestiones en la vida diaria. ¿Cuántos casos de corrupción nos hemos encontrado a lo largo de este curso político? A principios del año 2013, nos sorprendimos con el Caso Fabra y su bonito aeropuerto en Castellón. Seguidamente pudimos conocer el Caso Bárcenas y todo lo que ello supuso, sin poder olvidar el polémico Caso Urdangarín que tanto nos sobresaltó.

Como conclusión, por naturaleza humana somos débiles y nos dejamos influenciar fácilmente. Esta debilidad hace que el individuo sea dominable y muchos sean incapaces de definir su personalidad. El político se aprovecha de ello y puede llegar al ciudadano con mera ‘’palabrería’’. Teniendo en cuenta estos aspectos, la sociedad de hoy en día también se rige por unos roles característicos y podemos distinguir líderes carismáticos que ‘’marcan tendencia’’ moviendo a un gran público de masas. El papel del político es en realidad, ser este líder. Sin embargo, no todos están capacitados para ello. Ser líder es algo innato y pocos cuentan con ese don.


La solución puede ser plantear una buena educación para los ciudadanos, ya que de este modo, podrán tener un valor crítico para formar un  gobierno de excelencia.



domingo, 9 de noviembre de 2014

LA FAMILIA ES LA CLAVE

        Con la lectura de este capítulo he podido reflexionar acerca del papel que juega mi familia en mi vida, en muchas ocasiones no nos paramos a pensar y valorar lo que tenemos pues no conocemos otra realidad de la que nos ha tocado vivir, pero que por distintas circunstancias podemos llegar a valorar lo que tenemos.

         Para mí, mi familia es un factor imprescindible que me ha ayudado a ser la persona que soy hoy en día y me ha enseñado a ser feliz con cada una de las buenas cosas que se nos brindan.
Bajo mi perspectiva todas las personas han experimentado situaciones adversas en la vida y con su superación o aceptación es donde se puede observar la fortaleza del ser humano, pero esta superación no se podría llevar a cabo sin el apoyo de la familia ya que los problemas son más fáciles de superar si cuentas con su apoyo incondicional.

          Uno de los principales aspectos que se desataca en el capitulo es que una  de las fortalezas de una familia numerosa es la capacidad para afrontar o solucionar los problemas juntos. La mía no se caracteriza por ser muy numerosa pero sí por estar muy unida e intentar buscar cada día las pequeñas situaciones que se presentan por las cuales podemos dar gracias de lo que tenemos y ser felices con ello. Una de los principales lecciones que me ha enseñado mi madre – la persona que mas fuerte considero en mi familia- es pensar que por muy difícil que sean las cosas o que por muy mal que te vayan siempre existe una solución y que debes luchar por conseguirla, que no debemos pretender buscar la felicidad sino experimentarla cada día pues poder vivir y disfrutar de nuestros seres queridos ya es una felicidad en sí misma.  
  
          Desde mi experiencia desde que era muy pequeña (en concreto desde que nació mi hermana y le diagnosticaron una enfermedad crónica) mis padres me inculcaron que los problemas que podía llegar a tener un miembro de la familia era un problema de todos y por ello debíamos permanecer unidos ya que así el problema dejaría de serlo y se convertiría en un reto y superación que juntos podríamos afrontar. Yo apenas tengo recuerdos de ese momento pues tenía 6 años pero sí que recuerdo pasar largas temporadas en el hospital yendo a visitar con mis abuelos a mi hermana. Ellos sabían que era el inicio de una lucha larga pero yo apenas podía entender la magnitud del problema. Cuando fui creciendo fui entendiendo muchas más cosas y de estas circunstancias puedo afirmar que te haces más fuerte en la vida y aprendes a valorar las pequeñas alegrías de cada día.
El pasado año fue un momento crucial en la vida; tanto de mis padres como en la mía, pues debíamos estar más unidos que nunca para sobrellevar la situación. Mi abuela (por parte de padre) fue diagnosticada de cáncer al igual que mi abuelo (por parte de madre) y por otro lado nos comunicaron los médicos que la enfermedad de mi hermana estaba avanzando rápidamente y debía ser intervenida en Barcelona con la mayor brevedad posible. Los problemas parecían amontonarse. Tanto mis padres como yo nos debíamos organizar para atender a los abuelos y sin descuidar los trabajos y la universidad y estar pendientes de una llamada que nos mostraría  la luz al final del camino con mi hermana.

        Al final como es de esperar los problemas fueron desapareciendo y de esa experiencia  puedo agradecer y sacar en positivo que mi hermana está mucho mejor ahora. Y es algo que fuimos afrontando apoyándonos los unos en los otros como una gran familia.

          Por todo esto no quiero decir que sea más feliz que otras personas ni me alegre de la vida que me ha tocado vivir pero lo que sí que puedo afirmar es que me considero una persona feliz y esto se lo tengo que agradecer a mi familia pues sin su ayuda no podría haber superado todas las dificultades. Si pudiese elegir no me gustaría ser de otra manera ni tener otra familia pues ella me ha enseñado que es la verdadera felicidad y como poder encontrarla cada día.